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Amigas, esposas y madres

FEMSA

Por: Camila Soto, Jefa de local en Maicao Chile.

A Cindy la conocí hace trece años. Primero fuimos amigas y luego comenzamos a tener una relación más estable. Luego de ocho años como pareja nos fuimos a vivir juntas, y cuatro años después comenzamos con la idea de ser mamás.

Nací en Chile, y aunque siempre viví en la ciudad de Concepción, hoy nuestra casa está en San Pedro de la Paz, lugar en donde hemos formado un hogar al lado de nuestro hijo Santino de un año, mis papás y mi hermano.

Siempre pensamos en tener un hijo o hija, y como Cindy es quien se cuida más, decidimos que ella era la más indicada para ser la mamá gestante. Pensábamos que éramos las únicas de todo Concepción en querer formar una familia homoparental, pero cuando hicimos la fertilización, nos unimos a un grupo de Whatsapp que nos compartieron, y descubrimos que sí hay más familias de dos papás o dos mamás por acá. Hoy en día, nos juntamos una vez al mes y hemos armado una bonita red de apoyo.

Yo llegué a Maicao el 2018 buscando un trabajo estable, yo era profesora de educación física, profesión que disfrutaba pero que no me daba la permanencia que buscaba. Un día llamé a una amiga que es jefa de un local de Maicao para preguntarle si sabía de algún trabajo en el centro comercial en donde ella estaba y me dijo que necesitaba a alguien en su local. Ingresé como vendedora, hice bien mi trabajo y en el 2019 la supervisora zonal me preguntó si quería trabajar como jefa en este local y tomé la oportunidad.

Trabajé en lugares con muy mal ambiente laboral, pero en Maicao descubrí que no tiene por que ser así. En el equipo al que pertenezco he conocido personas responsables y buenas para trabajar. Celebramos cumpleaños, baby showers, y hasta vamos a la playa. En el comedor del local hay una pared con fotos de nuestros paseos y celebraciones.

En el aspecto personal, la maternidad ha sido lo mejor que me ha pasado. Santi, mi hijo, hace conmigo lo que quiere, cuando llego a la casa se tira en mis brazos, es muy desordenado. En la semana tenemos una rutina más tranquila, los fines de semanas siempre salimos: vamos a un parque, salimos a pasear y lo pasamos muy bien.

Nos preocupamos de hablarle de inclusión. Le leemos un libro de un gatito que se llama “Federico y sus familias”, a él le gusta mucho y se alegra cuando lo ve. Se trata de un gatito que vive en un edificio y en cada página aparecen familias diferentes: dos mamás, mamás solteras, dos papás, abuelos, una pareja tradicional. Además, una vez al mes nos juntamos con el grupo de familias de Concepción, donde ve diferentes tipos de familia y además socializa con otros niños y niñas.

Nos hemos apoyado harto como familia. Hace un tiempo estuve un año sin trabajo, hemos tenido problemas, pero todos los hemos superado; cuando una está mal, la otra apoya. La maternidad siempre es un reto, por ejemplo, a mí me encanta dormir, y ahora me cuesta mucho más, tenemos nuevas rutinas y problemáticas. Cuando llegó la pandemia, Santi estaba muy pequeño y durante la cuarentena decidimos pasar un tiempo solos los tres, lo cual nos ayudó a afiatarnos más como pareja y familia.

No sólo yo estoy feliz de  trabajar en FEMSA, también todos los que me rodean, porque además de verme contenta y motivada, son testigos de las oportunidades que se me han presentado. He crecido laboralmente, y me permite crecer personalmente al mismo tiempo que disfruto de la estabilidad que tanto deseaba. Me gustaría seguir creciendo como jefa, si se da una oportunidad de crecimiento la tomaría, porque soy de la idea de que las oportunidades se tienen que aprovechar.

Además, tengo una motivación muy grande: invertir en el futuro de nuestra familia. 

Actualmente nos encontramos en el proceso de tener un nuevo hijo o hija; ya comenzamos con el tratamiento y a fines de julio vamos a Santiago a hacer la fertilización.  Nos gustaría tener una niña, pero la verdad es que el género nos da lo mismo: sus mamás, su familia de sangre y de FEMSA lo o la esperamos con todo el corazón.