Por: Lucy González Denis, Directora OXXO Zona Sureste
Hace unos días, mi hijo, al verme de nuevo con mi cabello largo, me abrazó y me dijo: “mamá, eres tú otra vez”.
Pero no lo soy. Sí, me veo igual a aquella mujer que un 19 de Octubre del 2019 inició la batalla contra el Cáncer de Mama. Pero no, no soy la misma.
Recuerdo ese día como si fuera ayer. Se conmemoraba el Día Internacional de la lucha contra el cáncer de mama, cuando, tras acudir al examen médico que anualmente nos brinda FEMSA, recibo una llamada que cambiaría mi panorama entero: algo andaba mal y era necesario someterme a una biopsia de emergencia.
Un par de días mas tarde, el 21 de octubre, mi cumpleaños, los médicos me confirman que tengo un tumor en la mama derecha.
Recuerdo claramente sentir que la vida se me iba de las manos. Por mi mente pasaron cientos de imágenes… tantos planes, tantos sueños. Sentí dolor, de ese que se siente en cada respiración, y de mis ojos salían lágrimas que parecían no tener fin.
Recuerdo cómo desde el fondo de mi corazón salió una plegaria al cielo, la más fuerte y profunda que había hecho hasta ese momento: “Dame la oportunidad de vivir”.
Quien me conoce sabe que dedico mucho tiempo a establecer calendarios, horarios y actividades. Suelo planear con mucha antelación todas mis citas, tanto personales como profesionales, así como honrar mis rituales y el tiempo que dedico a mis pasiones y prioridades en la vida. Pero el cáncer no tiene horarios ni calendarios, y fue un golpe grande e inesperado del cual no tuve el mínimo control.
Siendo hija de padre médico, desde pequeña me sembraron la importancia del cuidado de la salud por lo que trato de comer lo más sano posible, hacer deporte, estar en contacto con la naturaleza, meditar y sobre todo agradecer cada día.
Entonces, ¿por qué a mí?
Fue en ese momento que decidí cambiar la pregunta por un ¿para qué a mí?, y enfrentar este reto como mejor sé hacerlo: como un proyecto de negocio, el más grande que he tenido el honor de sacar adelante y al que mi médico le llamó “el proyecto LUCY, S.A.”
Este proyecto se dividió en varias etapas, comenzando por 16 quimioterapias, seguidas por 6 semanas de radiaciones, una cirugía, dolorosos medicamentos y otras más.
Mis competencias profesionales como delegar, tener paciencia, el trabajo en equipo y la tolerancia a la frustración fueron retadas a nivel máximo.
Afortunadamente y gracias a FEMSA, tuve a un gran equipo médico, quien me informó acerca de mis alternativas y me acompañaron en todo momento. Ellos, junto a mi familia y amigos fueron un apoyo invaluable en este proceso.
Y qué decir de mi segunda familia, mi gran equipo de trabajo de la Zona Sureste OXXO, gente disciplinada y profundamente humana quienes con su arduo trabajo y talento, lograron sacar adelante nuestros proyectos procurando que las dificultades que se presentaban fueran casi invisibles para mí; con ello, alimentaron mi esperanza, y permitieron que mi sistema inmune se dedicara a luchar y regenerar las posibilidades de vida.
¿Cómo podría ser la misma después de todo esto?
No, no lo soy. Porque regresé al mundo más fortalecida para terminar mi misión de generar valor en todos mis roles: como mamá, esposa, hija, amiga, compañera, y responsable de un gran equipo de trabajo. Regresé para servir a quienes me rodean y con más gratitud en mi alma, y con un corazón que late con más fuerza porque aprendió a defender la vida y valorarla como nunca antes.
Hoy, a 14 meses de recibir el alta que dice “cero presencia de células malignas”, compruebo que aunque me vea como antes, ahora soy más fuerte, más agradecida y más feliz.
Soy y siempre seré mi proyecto más grande: LUCY, S.A.